Mi experiencia en el Maratón de Boston 2019

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Hola Amigos de runnerschile, luego de que leyeron mi crónica de los días previos a la carrera, ahora les relatare mi experiencia del día lunes 15 de abril en el maratón de Boston 2019.

Y llego el gran día, me desperté  a las 05:00 AM y debía estar antes de las 06:45 AM en el bus que me llevaría a Hopkinton (Pueblo en el cual comienza la carrera ubicado a 42.195 mts de la meta), la primera sorpresa la leve lluvia que estaba cayendo a esa hora, así que agregue a mi bolsa de guardarropía lo necesario para la lluvia y salí con la convicción de que con cualquier condición climática había que llegar a la meta como fuera. Llegamos en Uber a las 06:20 AM al Common Boston, parque ocupado estratégicamente por la organización.

Una vez llegamos al parque nos dirigimos a ubicar la guardarropía que para mi sorpresa eran buses escolares ordenados por numero de dorsal, todo muy planificado para los cerca de 30.000 runners de esta edición la Nº 123 de Boston.

Una vez entregada la bolsa en guardarropía, viene  la primera emoción del día, la despedida de mi esposa antes de subirme al bus bajo una incesable lluvia que había comenzado, no nos veríamos hasta los 300 metros antes de la meta como habíamos coordinado. Nos abrazamos  muy fuertemente y ella me arengo un “Vamos amor, que para esto nos sacrificamos y estamos hoy acá, por nuestras hijas y familia”.

Luego de esta primera emoción, me subí al bus mas cercano y es ahí cuando la lluvia aumenta aun mas su intensidad, se venia complicada la cosa con este clima, el viaje a hopkinton en el bus tuvo una duración de aproximadamente una hora y 20 min.  El ir bien abrigado me facilito mucho combatir el frio del viaje, ya que los buses no tienen calefacción, recomiendo para otra oportunidad si llueve llevar sus zapatillas en una bolsa con calcetines secos, eso si tienen que sacrificar el par de zapatillas que llevan, por tanto unas viejas zapatillas son muy útiles.

Al llegar a Hopkinton la adrenalina comenzó a aumentar, ver bajarse a miles de runners de los buses para ir camino a la villa a protegerse de la lluvia fue un momento increíble, por fin estaba allí y el sueño se comenzaba a materializar.

Fue impresionante llegar a la villa y ver el “Welcome”, todo muy bien señalizado me dio lugar a los primeros puestos con hidratación y comida, a esa hora llovía muy fuerte fui por una botella de agua y un pan dulce.

A las 08:00 AM ya estaba instalado en la carpa mas cercana  para protegerme de la lluvia y vivir la espera de 2 horas a la largada, fue impresionante ver la cantidad de runners de todas las nacionalidades en ese lugar.

Luego de toda la espera a las 09:30 AM me comencé a mover hacia la zona que nos indicaba el camino hacia el corral, ya a esta hora la lluvia había cesado y la adrenalina comenzaba a subir.  El paso siguiente era deshacerse de la ropa que me abrigaba y quedar con la indumentaria lista para afrontar la carrera, la organización es tan espectacular que hasta en estos detalles piensan, la ropa que me saque es entregada a fundaciones posteriormente.

Con todo el protocolo de la ropa lista comencé el camino a la búsqueda de mi corral el Nº 6 del Wave 1. La adrenalina ya estaba por las nubes luego de ver el “Good Luck Runners”

Finalmente a las 09:45 AM llegue a mi corral el Nº6,  no saben el orgullo que me dio el solo hecho de estar ahí, habían puros runners de tu nivel debido a la exigencia de las marcas de clasificación, una experiencia única y que solo te la dará Boston.

Una vez en el corral, disfrute cada segundo de esos cerca de 10 min que tuve que esperar para la largada, pensaba en el proceso vivido para llegar acá, en mi esposa e hijas Rafaela y Josefa, en mi familia, en mis amigos, en mi club, en mis compañeros de trabajo, en mi amigo Pedro que fue la motivación para correr maratones que desde el cielo vio mi sueño hacerse realidad, la verdad muchas emociones, podría decir que estaba en shock de endorfinas. La estrategia para enfrentar el maratón estaba decidida hace mucho tiempo con mi entrenador, así que no me guardaría nada y buscaría bajar las 3 hrs nuevamente porque para eso había entrenado tanto. La largada fue épica, nunca en la vida había visto tanto runners junto y un pueblo tan volcado a apoyarte en cada paso.

El primer kilometro fue imposible hacer calzar el ritmo de 04:15 que llevaría, demasiada gente para poder avanzar, fue así como mi reloj marco 04:42 el primer kilometro. Ya en el kilometro 5 pude lograr llegar al ritmo medio de 04:15.

Si duda iba disfrutando cada kilometro, respetando cada puesto de hidratación, me sentía muy bien cardiovascularmente y las piernas respondían sin problemas a esas colinas y falsos planos del momento, de hecho pase los 5K en 0:21.25, los 10K en 0:42:31, los 15K 01:03:35, la media maratón en 01:29:36 y el 25K en 01:46:22, hasta ahí y específicamente hasta el kilometro 26 iba a ritmo medio planificado de 04:15, y sin ningún inconveniente pase por Ashland, Framingham, Natick y Wellesley.

Pero Boston me tenia preparada la primera sorpresa y una batalla épica, en el kilometro 27 cuando comienza Newton Hills me dio un calambre en el isquiotibial izquierdo que me hizo cambiar la estrategia de inmediato baje el ritmo a 04:50 ese kilometro, para luchar contra este calambre, no tuve otra opción que bajar el ritmo para no parar de correr ( el ritmo promedio desde el kilometro 27 al 32 fue de 05:00 min), ahí el plan B se materializaba y el objetivo de bajar nuevamente las 3 hrs se veía lejano, el nuevo objetivo  era terminar la carrera en un tiempo aceptable, disfrutar lo que mas pudiera como lo venia haciendo y por lo mismo desde el 27K no mire mas mi reloj y me dije reserva energía hasta Boston College aprovecha el apoyo tremendo de la gente y luego del 33K en adelante anda por tu carrera, en ese momento el problema era solo el calambre en la pierna izquierda, no venia deshidratado, la humedad me trataba bien y no había ningún otro inconveniente, así que con todo eso veía muy factible que el plan B diera resultados.

Como las maratones son impredecible, Boston me tenia una segunda sorpresa, el desgaste de bajar el ritmo por 6 kilometros en la colinas de Newton Hill hicieron que al pasar el Boston College me atacara una triada de calambres en ambas piernas al mismo tiempo que me dejaron plantado como estaca, gemelos, isquiotibiales y cuádriceps acalambrados, no me podía mover el “Señor Muro “había aparecido, se me acerco la organización para la asistencia y como son muy organizados me querían llevar a una carpa medica,  acá active mi plan C, era solo terminar y tratar de no sufrir los embates de los calambres, me quedaban aun  9 kilómetros, solicite un par de hielos y la batalla épica comenzó, el ritmo del kilometro 33 fue de 07:46 eso no era otra cosa que caminar, nunca mire el reloj desde el 27K así que no tenia idea del ritmo promedio ni el tiempo en el que podría llegar a la meta.

Este momento fue de vital importancia ya que me aproveche del apoyo de la gente, que obviamente apoyan al que va mas afectado, en la ruta el mas afectado era yo, así que me aproveche de eso y cada vez que paraba les hacia un espectáculo con los hielos, que era la única manera con la cual podía avanzar, levantaba las manos a la gente, les sonreía, les agradecía, incluso me lo tomaba con humor y les hacia bromas, mi personalidad extrovertida fue clave para disfrutar a pesar de todo lo que iba sufriendo.

Así fueron la mayoría de los kilómetros, pero la cosa se puso aun peor en el 39K prácticamente camine todo ese kilometro el ritmo medio fue de 09:51, lo único que quería a esa altura era ver el letrero del CITGO y saber que me quedaba muy poco para ver a mi esposa a 300 mts de la meta, los hielos eran mi único acompañante y mientras trataba de avanzar los llevaba prácticamente pegados a mis cuádriceps.

Pese a sufrir toda la ultima parte de la carrera se acercaba el momento mas bello que he vivido en un maratón y agradezco que haya sido en Boston. Al llegar a los últimos 300 mts estaba mi esposa esperándome con la bandera chilena, me acerque a ella, le mostré los hielos con los que pude avanzar y le demostré que con ese tremendo coraje llegue igual, la abrace le dije te amo, tome la bandera chilena y me deshice de los famosos hielos.

En esos últimos 300 mts, se me pasaron todos estos años 5 años de sacrificios para llegar a este lugar tan soñado para un maratonista amateur. Al llegar a la meta tuve el coraje de saltar de emoción pese a todos los dolores con los que venia, fue mi manera de decirle a Boston gracias por todo.

El tiempo es anecdótico 03:36:04, pero la experiencia es única e inolvidable, no saben lo orgulloso que me siento de terminar de escribir esta crónica y reflejar un momento que coleccionare para toda la vida. Soy Finisher del Maratón de Boston 2019, el Maraton de las Maratones. Ojala en un futuro nos volvamos a encontrar…..

 

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