Comenzar a correr, no es tan solo comenzar a correr

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Por Luis Ramírez Román, entrenador deportivo universitario, Duoc sede San Bernardo.

El ser humano está diseñado para moverse. Ese es un hecho. En la actualidad, una persona en promedio camina entre 2.000 y 4.000 pasos diarios. Sin embargo, para mantener una buena salud cardiovascular, el mínimo recomendando es de 10.000 pasos al día. Una clara diferencia que ratifica la cantidad de sedentarismo y enfermedades crónicas no transmisibles que se presentan en la mayoría de las sociedades occidentales.

Bajo esta premisa, la actividad física a través del ejercicio planificado, juega un rol fundamental en relación a los hábitos de vida saludable. Un adecuado estímulo y desarrollo de las capacidades físicas en todas las edades, debe considerarse como una herramienta esencial a la hora de mantener un funcionamiento normal de todas las estructuras del organismo. Hoy en día dentro de esas múltiples herramientas, aparece el running, el que con un gran número de adeptos,  ha tomado un gran protagonismo gracias a las competencias amateurs, redes sociales, teams, marcas deportivas, y medios de comunicación. A pesar de que no se necesita mayor infraestructura, vestimenta o un gran nivel técnico para correr, no es apropiado ponerse las zapatillas y comenzar a contar kilómetros. Una correcta evaluación previa de la capacidad aeróbica, como también del sistema osteo-musculo-articular, no pueden dejarse pasar en cualquier plan de entrenamiento serio. Si pensamos en un sujeto sedentario, con sobrepeso, el cual probablemente nunca ha realizado actividades de impacto de forma constante, es imposible planificar nuestro entrenamiento planteando actividades de trote al inicio. Es estrictamente necesario, en casos como ese, realizar un fortalecimiento articular y muscular previo al running como tal. Para tales efectos, un entrenamiento del CORE (zona media)  no debería ausentarse en ninguna planificación de cualquier deporte o actividad física formal. Fortalecimiento de glúteo medio, cuádriceps, aductores es isquiosurales, son algunos de los trabajos de musculatura clave que deben desarrollarse. Los métodos utilizados en este entrenamiento, son los ejercicios con el propio peso corporal, bandas elásticas, máquinas de resistencia variable, y pesos libres. Este fortalecimiento previo a los métodos inherentes del running, posteriormente conforman el entrenamiento de fuerza como tal, el que se debe mantener durante toda la temporada. Además, es necesario un análisis biomecánico de la técnica de carrera, evaluación que arroja información sobre gestos y movimientos involucrados en la actividad deportiva. Estos gestos motrices repetitivos, al ser ejecutados de forma incorrecta, pueden terminar provocando lesiones, muchas de ellas de carácter crónico.

Como se puede apreciar, una actividad repetitiva y de impacto, como lo es el running, no puede tomarse tan a la ligera y comenzar a correr por correr. Una adecuada evaluación previa, una planificación apropiada a las características del sujeto, y un entrenamiento de la fuerza presente antes y durante la actividad (ni hablar sobre el valor de la nutrición), son los pilares fundamentales al momento de realizar un deporte que viene en alza, con múltiple beneficios físicos y sico-sociales, y sin la necesidad de una gran inversión.