Importancia de monitorear la frecuencia cardiaca en el running.

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Frecuencia

Para un corredor es muy importante controlar su frecuencia cardiaca tanto en entrenamiento como en reposo para controlar su salud. Es la manera más práctica de saber cómo se está comportando el corazón del corredor durante el entrenamiento y competencia. Uno de los métodos más utilizados por los runnings para controlar o monitorear la frecuencia cardiaca es el usar  pulsómetros. Los motivos por los que debemos monitorear la frecuencia cardiaca son para cuidar nuestra salud y para mejorar nuestro entrenamiento. Medir la frecuencia cardiaca suministra información muy importante acerca de la salud cardiovascular del corredor para saber cómo hacer ejercicio.

El llevar un control de la frecuencia cardiaca del running es muy importante porque permite determinar la condición del atleta. También ayuda a conocer la capacidad de recuperación del corredor después del ejercicio, monitorear el rendimiento, detectar posibles alteraciones cardiacas. A su vez valora la evolución del entrenamiento, previene sobreentrenamientos, indica como dosificar el ritmo de entrenamiento para obtener beneficios. Las pulsaciones son un factor muy importante que permiten conocer la condición del corredor para evitar problemas durante la carrera. Si controlamos la frecuencia cardiaca durante los entrenamientos podemos determinar si el corredor está apto para finalizar exitosamente la competencia.        

¿Cuál es la frecuencia cardiaca ideal?

Un método muy práctico para determinar cuál es tu frecuencia cardiaca ideal es restar tu edad a un factor constante. En el caso de los hombre este factor es de 220, es decir que restaremos a este factor nuestra edad. Para el caso de las mujeres el factor o constante al que se le restara la edad es de 226. Esto dice cuál es el máximo de pulsaciones por minuto aptas para que tu corazón trabaje sin ponerte en riesgo. Con este valor puedes establecer cuál es tu objetivo para llevar un entrenamiento acorde a lo que tu cuerpo necesita.

Si tu ritmo es del 60 a 70 % de tus pulsaciones máximas tu cuerpo consume carbohidratos y bajas peso. Si tu ritmo es del 70 a 80 % de tus pulsaciones máximas, mejoras la potencia aeróbica y fuerza física. Si tu ritmo es de 80 a 90 % de tus pulsaciones máximas, empiezas a trabajar con ausencia de oxígeno. En consecuencia, se consume menos grasa y aumenta el glucógeno, se recomiendan series cortas menores de 15 minutos de ejercicios. Si tu ritmo es 90 % o mayor de tus pulsaciones máximas, tu corazón y músculos realizan un esfuerzo máximo.        

¿Cómo se comporta el corazón ante el ejercicio?

El corazón experimenta durante el ejercicio una serie de cambios que comienzan con el aumento del gasto cardiaco del corredor. La sangre que se oxigena desde el ventrículo izquierdo y se reparte por todo el cuerpo en un minuto aumenta. Este incremento llegar a ser varias veces el gasto cardiaco en reposo que es aproximadamente 5 litros por minuto aproximadamente. El valor del incremento depende de múltiples factores como la masa muscular, la intensidad del ejercicio y otros factores implicados. La capacidad del corazón para incrementar el volumen sistólico influye también en la magnitud del incremento del gasto cardiaco reflejado.

Se conocen tres mecanismos a quienes se les atribuye el control de los cambios que experimenta el corazón del corredor. El mecanismo de tipo nervioso, el sistema nervioso como principal responsable de los cambios ocurridos producto de la actividad física. Los mecanismos humorales-hormonales, pueden ser localizados en el musculo en ejercicio o como respuestas del organismo provocadas por las hormonas. Los mecanismos hidrodinámicos, se sufren durante la actividad física reflejados en el retorno venoso, influyen directamente sobre la función cardiaca. La frecuencia cardiaca sin duda es el principal responsable del incremento del gasto cardiaco durante el entrenamiento o la competencia.